Para poder comparar entre diferentes unidades de tiempo, normalmente se utiliza la convención de rentabilidad anual, de forma que se convierten los datos al equivalente de 1 año, lo que se denomina como "tasa anual equivalente" (TAE)". Para ello, es necesario tener en cuenta que las transformaciones requieren la utilización de matemáticas financieras o capitalización compuesta.

La rentabilidad acumulada refleja la ganancia relativa en base a la inversión inicial independientemente del tiempo en el que se produjo. Por otro lado, la rentabilidad anual muestra lo que la inversión habría producido año a año si el rendimiento anual hubiese sido constante para lograr esa misma rentabilidad acumulada.

La unidad de tiempo seleccionada es fundamental para entender los datos de rentabilidad que se presentan. No es lo mismo que una inversión multiplique por dos en cinco años a que lo haga en 10. Lógicamente, el primer caso es más "rentable", ya que hay que esperar menos tiempo para obtener el mismo resultado. Para comparar entre diferentes inversiones y duraciones, es necesario comparar la rentabilidad anual. Si lo que se pretende es observar la revalorización de la inversión en términos totales, hay que observar la rentabilidad acumulada.